Casi siempre, suelo decirle a mis alumnos en clase de Relaciones Internacionales, que si bien, no todo lo que podríamos considerar "Actores Internacionales" en realidad tienen incidencia en las decisiones que se toman en el Sistema Internacional, siempre les digo, que en mi concepto el fútbol como institución es quizá más importante que la misma organización de Naciones Unidas. La FIFA por ejemplo, agrupa 209 Federaciones Nacionales de igual numero de países, 17 más que la ONU que agrupa a 192 Estados Nacionales, lo que desde un inicio nos indica lo importante que es la organización presidida por Mr. Blatter a nivel Internacional.

Y ahora bien, si hablamos del fútbol de clubes, imaginen cuantos equipos habrá en cada una de las 209 Federaciones miembros de FIFA, e imaginen no solo el numero de jugadores, y aficionados sino también las cifras astronómicas de dinero que allí se manejan. En 2009 por ejemplo, el Real Madrid pagó al Manchester United la nada despreciable cifra de 94 millones de Euros por el traspaso del Portugues Cristiano Ronaldo, transacción considerada hasta ahora la más costosa de la historia del fútbol. Y dentro de los 10 traspasos más caros de la historia el Real Madrid según la revista Forbes, esta involucrado en seis de estas operaciones, lo que nos indica que el club de Chamartín bien puede ser el que mejor compra, el que mejor vende o las dos cosas.

Desde mi punto de vista, la incidencia que tiene el fútbol en las Relaciones Internacionales se ve reflejado en un acontecimiento que paralizo Colombia en verano de 2014, y no, no fue el Mundial de Fútbol de Brasil, sino el traspaso de James Rodriguez del Monaco al Real Madrid por la bonita cifra de 80 millones de Euros (Según Forbes el cuarto traspaso más costoso de la historia), y digo que fue un acontecimiento increíble porque con la llegada de James al Madrid, las relaciones de Colombia a nivel deportivo con el Real Madrid van en crecimiento, la llegada de la Fundación Real Madrid a más localidades de Colombia (Cosa que va a pasar de la mano de la Fundación de James Rodríguez) es una ventaja para un país que como el nuestro esta en un proceso de inminente postconflicto.

La llegada de jugadores latinoamericanos al fútbol de elite, significa una esperanza para miles de chicos en estos países sumidos en la pobreza, la desigualdad y la delincuencia, y es una esperanza porque así como sus ídolos, ellos también pueden llegar a ser conocidos en el mundo, y firmar miles de contratos con Nike y Adidas que harán que sus nombres lleguen a todos los rincones del mundo.

Y más aun si no me creen la importancia del fútbol en Relaciones Internacionales, déjenme contarles que en 1960 en América Central estalló un conflicto de poco más de 100 horas entre El Salvador y Honduras por ¡El resultado de un partido de fútbol! bien podría decirse que El Salvador ganó la guerra porque fue quien clasifico al Mundial de Mexico 1970, pero lo importante aquí fue que esta es la primera vez en la historia que alguien se mata por un partido de fútbol.

Hoy, el fútbol no es solo una cuestión de deporte y de la llamada "Tensión Competitiva", es también un asunto de economía, de geopolítica, de cultura y hasta de religión, elementos todos que también son causal de análisis en Relaciones Internacionales, esa disciplina que todos creen que estudia las guerras y relaciones políticas, pero que también se preocupa por entender porque por ejemplo, para un país como Rusia, es geopolítica y económicamente hablando de vital importancia organizar una impecable Copa Mundial de la FIFA en 2018, porque un país tan lejano y pequeño como Qatar pero con tanto petróleo, será el primero en organizar el máximo torneo orbital del fútbol en un mundo dominado por la religión y la geoestrategia del oro negro, o porque el partido del Real Madrid el domingo va a ser a las 12:00 del mediodía hora Española (Cinco de la Madrugada en la mayoría de los países de América) única y exclusivamente para que la audiencia China pueda ver a Cristiano Ronaldo y Compañía.

Todo es Economía, todo es política, todo es estrategia, y hasta en el fútbol un internacionalista en bastante indispensable para analizar lo que sucede no dentro del campo de juego en los noventa minutos reglamentarios, sino en las oficinas y en las sedes gubernamentales donde en medio de un partido de fútbol se puede gestar una guerra como en 1969 en Centroamérica, o se puede firmar un tratado de paz.

No descuiden el análisis de los fenómenos internacionales, que el día de mañana los llevaran a entender como el fútbol puede unir a una nación entera o bien hacer que dos más entren en guerra.

Lo olvidaba, ¡Hala Madrid! (Y nada más).